La misión de prueba de la nave espacial Starliner de Boeing, que transporta a los astronautas de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams, ha enfrentado una serie de contratiempos técnicos que han prolongado su estancia en la Estación Espacial Internacional (EEI). Originalmente programada para durar una semana, la misión ahora se extenderá hasta el 26 de junio debido a problemas detectados en la cápsula.

El lanzamiento de la Starliner, que tuvo lugar el 5 de junio desde Cabo Cañaveral, Florida, a bordo de un cohete Atlas V de la United Launch Alliance, marcó un hito importante en el Programa de Tripulación Comercial de la NASA. Este programa tiene como objetivo validar el sistema de transporte, la plataforma de lanzamiento, el cohete y la nave espacial, además de probar las capacidades de operaciones en órbita antes de su certificación para misiones futuras.

Durante el vuelo, se identificaron varias fallas técnicas, incluyendo fugas de helio y problemas en los propulsores. Estos inconvenientes han generado preocupación sobre la capacidad de la Starliner para regresar a la Tierra de manera segura. Sin embargo, los equipos de la NASA y Boeing han trabajado intensamente para solucionar estos problemas y asegurar un retorno seguro para los astronautas.

El gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, Steve Stich, ha asegurado que no hay razones para dudar de la capacidad de la Starliner para traer de vuelta a los astronautas. Se espera que la nave se desacople de la EEI el 25 de junio y aterrice en el puerto espacial White Sands en Nuevo México el 26 de junio. Este aterrizaje será un evento significativo, ya que marcará la primera vez que una cápsula estadounidense aterriza en tierra con astronautas a bordo.