En un giro revolucionario para la arqueología, recientes investigaciones han desafiado la tradicional visión de la Edad de Piedra, sugiriendo que deberíamos reconsiderar este período como la Edad de Madera. Este cambio de perspectiva proviene de hallazgos en varios sitios arqueológicos que indican un uso predominante de la madera en herramientas y estructuras, en lugar de piedra.
Los estudios muestran que nuestros ancestros prehistóricos tenían una habilidad excepcional para manipular la madera, lo que les permitía crear herramientas sofisticadas y duraderas. A diferencia de la piedra, la madera no sobrevive bien el paso del tiempo; por lo tanto, su presencia en registros arqueológicos es rara, lo que históricamente ha llevado a subestimar su uso.
Este descubrimiento no solo cambia nuestra comprensión de las tecnologías prehistóricas, sino que también ajusta nuestras teorías sobre la vida cotidiana de las comunidades antiguas. La madera, siendo más versátil y accesible que la piedra, probablemente facilitó una gama más amplia de actividades y construcciones.
Este hallazgo invita a los arqueólogos a buscar nuevas metodologías para detectar y analizar residuos orgánicos en sitios antiguos, lo que podría revelar más sobre cómo nuestros antepasados aprovecharon los recursos naturales. Así, la historia de la humanidad continúa reescribiéndose, mostrándonos que cada descubrimiento nos acerca un poco más a la verdadera esencia de nuestras raíces.